martes, 21 de diciembre de 2010

Día 7: Marmaris


Por lo visto, la noche anterior también lo dimos todo y nos lo pasamos muy bien, según las fotos.

Bien, nos despertamos, y como siempre, nos fuimos a desayunar, y por allí, vagando por el buffet, veía que fuera en cubierta, había un pelotón de gente echando fotos como locos y pensé: “qué habrá ahí? Bueno, primero voy a coger algo para comer y luego salgo”.

Claro ejemplo de que tal y como hablamos durante el viaje, la pirámide de Maslow en un crucero está totalmente cubierta, pero, claro, la comida está en la base, y luego ya vendrá lo demás.


Y en esto, me encuentro a Pon, que los que lo conozcáis, sabéis que él cuando se va de viaje invierte la pirámide, y me dice:

- ¿Has visto la maravilla de lugar donde estamos?
- Pues mira no, pretendía coger algo para comer antes.

Pero claro ya a una le despierta la curiosidad y salí. Oooohhhhh!!!!!!! PERO QUÉ SITIOOO!!!!!!!

Maravilloso, precioso, espectacular. De verdad un lugar muy bonito, una bahía entre frondosas montañas que emergían del mar.  Y claro, desayunas en cubierta, con toda esa belleza rodeándote, pues normal que te quedes pillá observando los lugares que el mundo te ofrece, y en éstos pensamientos estaba yo, cuando Steve, nuestro camarero de por las noches que estaba también con el desayuno, me vió, y a saber el careto que tendría yo, porque se acercó y me dijo:

- Es bonito, ah?!
- La verdad es que es impresionante.
- Estas cosas te hacen pensar, habéis viajado a Colombia??
- No.
- Yo es que soy de allí, y cuando está el avión llegando, sobrevuela una zona de siembra, y ves todo verde, los distintos tonos del mismo color y es precioso.

Y se volvió para mirar al horizonte, y nos volvimos a quedar los tres pillaos, cada uno pensando en sus cosas.

Después de desayunar, Pon se volvió loco echando fotos, hasta que llegó la hora de bajar del barco y ver el pueblecito a pie de calle.

La verdad es que es un pueblo muy muy bonito, también muy preparado para el turismo.



Así para que se entienda, es algo parecido a un Marbella. Nos dijeron que había un mercado buenísimo de falsificaciones, de todo tipo, y Pon tenía un objetivo claro: La camiseta de la selección española con su estrellita, por supuesto.

A parte de los objetivos que cada uno se marcó solico en su casa, disponíamos para gastar 35€ en moneda turca, es que vimos un cajero de ING, y no nos pudimos resistir, nos dimos cuenta cuando los billetes salieron por la rendija, qué cagada.

Yo, ahora, a toro pasado, voy a dar mi opinión más sincera: tenemos muy poco sentido común. A ver, entramos a una tienda preguntando por la dichosa camiseta de España, nos atienden dos turcos típicos jóvenes, nos la enseñan, se la prueban los interesados, muy bien. Llega la hora del regateo.

        Puede que sean unos delincuentes porque hacen falsificaciones, pero esa gente es profesional = no los vas a engañar.
        Creo que de allí, la persona que más veces habrá ido al mercadillo sería yo, seguro, así que práctica en el regateo = 0 (no valen las compras por ebay)
        Nos habíamos visto??!! En serio; los cuatro niñatos que venían del crucero (todo el pueblo sabía que veníamos del crucero) con nuestras mochilitas, nuestras gafitas de sol y CON DOS CAMARAS DE FOTOS COLGANDO DEL PESCUEZO COMO DOS DEMONIOS!!!!!

Pues el turco pensaba que éramos ricos, y ni mucho menos te iba a vender la camiseta por 10€!!!!

Así que nos fuimos sin camiseta. Y estuvimos comprando otras cosillas en otras tiendas, hasta que volvimos a ver otra camiseta de España y entramos a preguntar. Esta vez si llegamos a un acuerdo, y nos llevamos la camiseta, e incluso, yo creo que algo más.

Tu te vas a llevar la camiseta por 7€, pero le voy a echar una maldición turca a la camiseta que te vas a cagar

Yo creo que eso fue lo que pensó el tío, porque para dos veces que el pobre Pon se la ha puesto…

En fin, que con todas las compras hechas seguimos dándole una vuelta al pueblo, buscando una torre de un minarete que habíamos visto por ahí y que no encontrábamos, y que si era por aquí, que si el mapa dice que estará por allá… Total, que tras mucho andar y subir una cuesta enorme, resulta que era la mezquita del barrio. Y allí nos sentamos los cuatro, en silencio, mirando al infinito, hasta que sentí en mi cuerpo una sensación que llevaba días sin notar: era hambre.

- Tengo un poquillo de hambre.
- Si
- Yo también
- Y yo…
- Vámonos!!! Dijimos a la vez.

Llegamos al barco y comimos como osos (como siempre), ése fue el día de la hamburguesa, Dios qué ansias, de camino al barco, yo iba pensando en que me apetecía una hamburguesa, pero no había visto a nadie comer hamburguesa en el barco, y pensé que no habría, pero me resultaba raro, porque es que en el barco para comer había de todo!! Y se lo dije a Pon, que me apetecía una hamburguesa grasienta con un montón de cosas entre el pan y la carne.

Pues bien señores, como iba diciendo, llegamos al barco, al buffet y Oh Dios mío qué ven mis ojos!!!!!!! Una tía se estaba comiendo un hamburguesón!!!!!! Encontré el lugar, estaba fuera del buffet, llame a Pon que ya llevaba el plato a reventar de comida, me volví CRAZY CRAZY.

Me la comí con ansia viva, y creo que por eso, me sentó mal. Y justo después de comer, el barco zarpó y ese espectáculo no nos lo podíamos perder.

Estábamos todos los pasajeros en las barandas, viendo el paisaje, las pequeñas embarcaciones desde las que la gente nos saludaba, el grupo de animación trabajando, los músicos tocando, estuvo muy bien, la verdad.

Y después de eso, como siempre, siesta; peeeeero, esta vez sí hicimos algo reseñable por la noche. Era la última noche, y a las 00:00h sería el cumpleaños de Pon, así que Maite pidió que al finalizar la cena, nuestros camareros le dieran una sorpresa y le llevasen una mini-tarta con una vela para que soplase. Al principio, cuando Matías (nuestro mettre que era un fenómeno, ay lo que nos reímos con él) se acercó a Pon, este se acojonó, pero luego le hizo mucha ilusión y todos cantamos a pleno pulmón el cumpleaños feliz.

Más tarde, después de cenar, la magia del Mediterráneo y  la ayuda inestimable de Pon, que ya sabemos todos que habla mucho, obraron el milagro: surgió el amor.


Como en las películas de Antena 3 de sobremesa de los sábados, cuando los niños se van de campamento un mes y se declaran la última noche, igualito.

Pues en esto que después de la actuación, estábamos hablando con Evens,  jefe y miembro de los grupos que tocaban en el barco. Dialogábamos sobre los años que cumplía Pon, y así pues surgió la conversación de las edades, de que él tenía 40 años y la verdad es que no los aparentaba. Entonces nos explicó que a los negros no se les nota la edad hasta los 60 y que a partir de 60 envejecen rápidamente (Evens es más negro que el tizón). Y claro, ya empezamos a preguntarnos los unos a los otros: y tú cuantos años tienes???

Y la pregunta llegó a Olga, la amiga de Wendy. Olga es una chica muy callada, muy formal, muy prudente que no quería desvelar su edad, pero claro, todos insistimos, hasta que la pobre muchacha tuvo que decir que tenía 35. Y de repente, saltó Pon:

- Anda, pues tampoco os lleváis Evens y tú tantos años, hacéis buena pareja, jajajajaja!!!!!!

Silencio sepulcral y miradas penetrantes el uno al otro. A mi me dió vergüenza, ajena (por ellos), y propia (por Pon).

Y la verdad es que yo no lo entiendo, una semana metidos allí, dándolo todo en la discoteca todas las noches, Evens allí con nosotros casi todos los días y nada. Y ahora resulta que Pon suelta una de las suyas, y surge el amor!!!

En fin, que estuvieron toda la noche bailando agarraditos salsa, merengue y de todo, apartados del mundo, hasta que Wendy le pidió a Olga la tarjeta del camarote para irse ya a dormir y va la tonta y se va con ella. Pero cuándo va a pillar esa muchacha a un negro!!!

En fin, la gente sabrá.

Y así nos fuimos a dormir, tardísimo, pero ya daba igual, solo quedaba medio día en Atenas.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Día 6: Limassol

Pues que contar de Chipre? Yo creo a Pon, que me dice que la isla es muy bonita, pero fuimos a un sitio que no valía la pena, así que después de andar media hora para llegar al centro, una vez allí paramos el primer taxi que vimos y le dijimos al taxista que nos llevase a una playa cercana al puerto. Le pedimos que nos recogiese a las 1 menos cuarto de la tarde, porque el barco se iba a las 1:30 pero el taxista no podía porque tenía que llevar a su chiquillo a tenis, pero que él mandaba a un amiguete a recogernos, que vendría en un Fiat blanco.

Y pasamos la mañana por allí tirados, yo estaba enfadadísima con Pon por haberme tirado por los suelos la noche anterior así que estuve toda la mañana sin hablarle, y como me aburría, pues me puse a recrear las pirámides y la efigie en la arena, como los niños chicos, pero me quedó bien.


Y así transcurrió el rato hasta que fueron las 12:30 que ya nos fuimos al punto de encuentro con el amiguete del taxista. 12:30, 12:45, 12:50… ummm…… encontramos a otro taxista, y le dijimos que nos llevase, a lo que nos respondió que tenía que hacer otra carrera y que después vendría a por nosotros.

Vale, pues llegaron las 1 y allí a lo lejos veíamos nuestro barco y nos estábamos empezando a desesperar porque ni el tato venía a por nosotros, así que Maite a las 1:05 determinó que deberíamos empezar a andar en dirección al barco. Explicó que la playa estaba cerca del puerto pero no en dirección de la civilización, sino al contrario, la ciudad terminaba en el puerto, del que salía una carreterucha paralela al mar y luego ya era playa, sin más vida que un chiringuito.
Total, que estimamos que si empezábamos a andar rapidillo, llegaríamos a tiempo, así que Sergio, Maite y yo comenzamos la marcha, Pon se quedó en el punto de encuentro por si alguno de los dos taxistas venían. Y llegó un momento en el que yo miraba para atrás y veía a Pon demasiado lejos, y empecé a pensar que ya debería ponerse en camino, o sería él, el que se quedaría en tierra.

Y en esto que llevando ya un poquillo andado, veo a Sergio que echa a correr como alma que lleva el diablo, me fijo para ver que pasa… Oh dios mío, un taxi!! Era el dichoso amigo del taxista que nos llevó, que nos estaba esperando en otro sitio! Para eso eran ya las 1:10, demasiado había esperado el hombre, la verdad. Le hice señas a Pon, que el pobre corrió un montón. En el mismo momento en el que puse mi culo en el asiento del taxi, me sentí a salvo porque me estaba viendo abandonada en el sitio más feo que habíamos visitado de todo el crucero! Pero ahora que lo pienso (excepto Atenas, claro) era el más europeo.

Bien, pues conforme iba pasando el tiempo, el alivio que sentí al montarme en el taxi se fue convirtiendo en pavor, porque todos (excepto Pon, que sabía que no llegábamos andando) nos dimos cuenta de que el barco estaba mucho más lejos de lo que parecía y que ni de coña hubiéramos llegado a tiempo andando.

Prometo que me dieron ganas de besar la moqueta del barco cuando entré.

A estas alturas, la verdad es que no me acuerdo de lo que hicimos esa tarde en el barco, pero me da a mí que nos pegamos un siestón digno de recordar (aunque no lo recuerdo), que ya se iban notando los días en el cuerpo.

Ya solo me quedan dos dias!

lunes, 29 de noviembre de 2010

Día 5: Galilea y Nazareth

La verdad es que los platos fuertes ya habían pasado, lo que restaba por ver (al menos para mí) era más light, pero no por ello me planteé el día de mala gana, en absoluto.

El puerto en el que nos encontrábamos esa mañana estaba situado justo al lado del Monte Carmel (que no me quedó claro lo que pasó allí) y la verdad es que la zona era bonita.

Llegamos al autobús, donde nos recibió la guía. Esa mujer podría tener 120 años perfectamente, yo pensé que eso sería bueno porque tendría experiencia. Justo antes de arrancar el bus, pues lo típico, nos contó en un idioma raro y ahí ya le ví yo a la mujer movilidad reducida.

Y llegó la primera odisea del día: salir del puerto. Claro, ahora te das cuenta de que eso fue el aperitivo. Pues así resumidamente nos costó cuatro intentos por cuatro sitios distintos.

De camino a Nazareth, que era la primera parada, la verdad es que la mujer se lo curró, nos estuvo contando muchas cosas sobre la economía y cultura del país, lo malo era que no la entendíamos nada porque hablaba sudamericano con un acentazo francés increíble, eso añadiendo palabras que se inventaba la mujer, que gracias a la intuición y al contexto averiguamos el significado.

Ejemplo:

En el “villaje” se cultivan “nagajasalgededor de la “sinagoja”.

Bien, llegamos a Nazareth, donde nos llevan a ver la iglesia de La Anunciación. Antes de bajar del bus nos advierte la mujer de lo caluroso del día y de la probabilidad de deshidratación y todo el rollo de la falta de agua del país y patatín patatán.

A la salida de la iglesia, mientras esperamos a que lleguen todas las personas del grupo, la guía entabla conversación con alguno de nosotros, y continúa con el tema de la sequía, y para ilustrarnos aún más, nos comenta que en Israel solo disponen de seis cubos de agua por hogar y día, que había que ahorrar mucha agua y que ella, por ejemplo, se lavaba sólo una vez al mes.

Oh, my God!!! Y la colega se quedó más ancha que larga!!! Hija mía, no digas eso donde nadie te oiga… Lo peor es que le hice un repaso de arriba abajo y me lo creí.

Bien, después de ese shock, pude llegar al bus y sentarme en mi sitio, como siempre, de los últimos asientos, nos volvió a contar la guía:

- …, y  cincuenta y tantos. Oh! Pues hay dos personas más que cuando salimos del puerto…  (se quedó dos segundos pensando) Bah! Vámonos!

Si señores, o se infiltraron dos más en la excursión, o no nos contó bien la primera vez, o lo que sea, pero tampoco le importó mucho.

En fin, que con polizones o no, continuamos nuestro camino hacia El Río Jordán, que es precioso y maravilloso y tiene una zona especial para el bautismo, que me recordó a los boxer de la F1, no se por qué.


Entiendo lo de la prohibición de no darle de comer hamburguesas a los peces, porque ahí había cada bicharraco de grande, que me daba un asquillo…

De ahí nos llevaron a comer a un kibutz (no sin antes volver a contarnos, había uno menos; lo que ya no sé, es si era uno menos contando a los posibles polizones o del número de turistas que salimos del puerto), que para que se entienda es algo parecido a una comuna hippie, donde todos viven en comunidad, y viven de lo que cultivan y eso, pero sin el rollo del amor libre, allí cada mochuelo a su olivo. Es típico de la zona.

En la comida una señora confundió a Sergio con un bailarín de “Mira Quién Baila” y estaba la mujer ya sacando la cámara de fotos y buscando un papel y un boli para el autógrafo. La gente lo flipa.

A partir de aquí yo no sé qué pasó, no sé si sería la digestión, el calor, el cansancio, o todo un poco, pero yo sólo recuerdo una sucesión de iglesias, recorrido en bus, con un calor bastante importante, sin enterarnos de nada de lo que decía la guía, solo repetía la palabra “sinagoja”, que íbamos a ver una “sinagoja”…

Que si aquí Cristo perdió la chancla, que si aquí fue donde pegó la ultima voz, que si aquí donde perdió el mechero… En serio, todo eso es una bola en mi cabeza imposible de ordenar, y creo que no es a mí a la única que le pasa. 

Hasta que por fin llegamos a la famosísima “sinagoja” y ahí la mujer con mucha ilusión nos sentó a todos en dos escalones, se puso enfrente, parecía que nos iba a contar una gran historia… Y seguramente lo sería, pero es que NADIE se enteró de nada, nos empezamos a mirar los unos a los otros con caras de “tú, te enteras?”, todo el grupo con cara de circunstancia y la mujer, dándolo todo, pero lo dió todo literalmente porque le dio un ataque de tos… Dios mío!  Y no podía parar, y ya se empezaban a sentir risas ahogadas, y yo las estaba aguantando bien, hasta el momento en el que alguien por detrás de nosotros dijo por lo bajini:

- No, si encima te morirás hoy…

Ay Dios, qué risa!! He de decir que no murió, un alma caritativa le dió un caramelo salvador.

Afortunadamente esa era la última visita del día, no sin antes llevarnos a un lugar donde se tallaban diamantes, que por lo visto es una de las principales actividades que aportan alegría al PIB del país. Vale, pues nos llevaron a una joyería enorme donde lo más barato que vió Pon costaba 20.000€.

Como yo no tenía intención ni de mirar las joyas, pues vi una silla y me senté a esperar a la gente, y esperé y esperé y Pon se vino conmigo y seguimos esperando, hasta que un hombre de nuestro grupo, se hartó y por iniciativa propia, nos dirigió hacia el autobús. Y ahí estábamos todos, cincuenta y tantas personas (persona arriba, persona abajo) esperando sentados en el autobús. Un minuto, cinco minutos, quince minutos, yo me dormí profundamente y medio me desperté cuando se empezó a debatir en el bus si era conveniente o no ir a buscar a la guía, finalmente fueron dos hombres a buscar a la mujer, que por lo visto se hallaba sola, en mitad de la joyería mirando a todos los lados, buscándonos con la mirada.

Sí señores, la pobre mujer se había perdido. Os podéis imaginar la ovación cuando esa mujer entró en el autobús, menudo cachondeo, y ya la gente se fue creciendo y empezaron a contar chistes verdes malísimos. Tuvimos un viaje de vuelta al barco entretenido.

Claro, un día así pasa factura, y en el momento en el que nos vimos en el barco, nos dimos cuenta de que estábamos psicológicamente destrozados. ¿Qué hicimos? Pues lo  mismo que el día anterior, bikinis, piscina y cócteles, pero con muchas más ansias.

Bebimos más, bebimos mucho más, yo es que no llegué ni a meterme en la piscina, cuando quise acordar, ya no podía. Borrachos, esa es la palabra, no hay por qué suavizar algo que se ve claro. Porque el barco se estaba moviendo, Maite, y no es que estuviera girando sobre un punto con la casualidad que tu estuvieras en ese punto, todos estábamos a tu lado y con más o menos dificultad, nos dábamos cuenta de que el barco efectivamente, estaba en marcha. Menuda talega.
Entre tanto, decidimos que sería conveniente ir a los camerinos a ducharnos y arreglarnos para ir a cenar. Hicimos lo que pudimos. Cuando llegamos a los camerinos, allí estaba Jorge, esperándonos como siempre por si necesitábamos algo.

- Como les fue!?
- Bien, bien, jajajajajaja
- Van a entrar arreglarse y eso?

Entonces, Pon pensó inteligentemente, y se dió cuenta de que no había muchas garantías de que pudiésemos salir de la habitación en el estado en el que nos encontrábamos y claro, después de arreglarnos, mientras cenábamos, Jorge siempre nos volvía a hacer la habitación.

- Jorge, mira, te damos la tarde libre
- Ah! Como!?
- Mira, si, no ves cómo estamos? Es que no sabemos si vamos a poder ir a cenar.

Pero sí pudimos, después de arreglarnos comenzó la fase “Pon deja en ridículo a Pin”

La verdad, no recuerdo la ropa que me puse para ir a cenar, lo que si sé es que a Pon no le parecía bien, y ya cuando nos íbamos, empezó a decirle a Maite que mira qué cateta era su novia, (los borrachos siempre dicen la verdad) y tuve que volver a cambiarme, y yo, muy inteligente también, me puse una camiseta larga a modo de minivestido.

No llegamos a tiempo para cenar en el restaurante, nos tuvimos que ir al buffet, donde está la escoria del crucero, los cuatro borrachos como nosotros o la gente que prefiere comerse una pizza a un chuletón de primera.

Y allí empezó el “festival del humor”: nos atendió una camarera muy simpática y agradable, pero era rrrrrrrusa, y Pon empezó a hablarle con las “r” muy marrrrrrrcadas y a mi me estaba dando una vergüenza… Pero no podía parar de reírme, así que puse tierra de por medio y me fui a la barra a coger la cena. Lo malo es que Pon me siguió, y cuando volví, pues puse mi plato en la mesa y fui a sentarme en mi silla.

Silla que no estaba porque Pon, muy gracioso, había quitado justo un segundo antes de que yo echase todo el peso de mi cuerpo para atrás, segura de que mi silla estaba ahí.

Dí un culetazo en el suelo impresionante, me quedé con las patas p’arriba, y la camiseta que había usado de mini vestido un poco más arriba de su sitio.

Entre la borrachera, el shock y la risa floja que les dió a todos y a mi (a mi me dió menos, pero me dió), me quedé unos segundos ahí tirá, como la típica alemana borracha en mitad del paseo marítimo de cualquier playa de la Costa del Sol.

Dios mío qué espectáculo, los camareros que rondaban por allí se dieron la vuelta y nos dejaron sólos.

Yo me enfadé un poquito con Pon, la verdad, es que le encanta ponerme en ridículo, ea. Inmortalizamos esa inolvidable cena con la siguiente foto, en la que intento mostrar mi malestar.


Después de ésto, para seguir contando la noche he tenido que documentarme fotográficamente porque no me acordaba muy bien, pero fuimos a la discoteca donde había un concurso de la mujer más guapa, que ganó la típica Mari de Móstotes feísima. Después como siempre lo dimos todo en la pista de baile hasta que a mi se me gastó la pila.

Venga, que ya solo me quedan contar los últimos 3 días, que no van a ser tan larguísimos como estos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Día 4: Jerusalén y Belén

 RRRIIIIIIIIINNNG, RRIIIIINNNNNG, RRRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNG!!!!!!

Uummmm???!! Venga yaaaaaa!!!! No puede ser!!!!”

……………

- Siiiiiii??????  Si, mu bien, adiós!!!
- Venga ya, que era Estanco???
- Sí hija sí, parece ser que ayer no se enteró
- Pero bueno, habrá que decirle algo, no??
- Puf! Sí pero ahora no, por cierto, ¿Qué hora es?
- No tan tempranísimo como ayer, pero nos podemos quedar un ratico más durmiendo.

Pues si, Estanco no se enteró el día de antes, pero cuando fuimos a desayunar ya le dijimos a Wendy que por favor, se cerciorase de que su padre cogiese la idea.

Y nos disponemos a ver Tierra Santa, pero de verdad, qué complicado es pisar el suelo de ese país, a la salida del barco nos esperaban dos apuestas señoritas, registrándonos todas las mochilas, bolsos… Bueno, miraron por el objetivo de la cámara de fotos de Pon, que yo sé (aunque él no me lo dijo), que estuvo a punto del infarto, que yo sé que Pon no deja que cualquiera toque su cámara, y mucho menos que le quite la tapa al objetivo y esas cosas. El pobre, mientras ultrajaban a su otra preciosa (véase foto del tuenti donde me compara con una cámara de fotos) tenía que estar contestándole a la otra señorita, que no se creía que no llevase ningún arma, de ningún tipo (y todo en inglés, que por supuesto, yo no entendí, luego me lo explicó todo).

Nos montamos en el bus, se presentó la guía, y comenzamos el viaje, que ya era otra cosa, calzadas normales, respeto a los semáforos…

Llegamos a la capital, nos bajamos del autobús:

Aquí también pega bastante el sol”

Estábamos en el Monte de los Olivos, que en otra época tuvo olivos, porque ahora…. Ahora lo que hay es un barrio donde la gente acumula basura en la calle y un mirador patrocinado por Peugeot:


También un cementerio judío y otro musulmán gigantescos e impresionantes los dos. Desde allí se ve una panorámica de Jerusalén, y me impresionó bastante como en tan poco espacio, pudiera haber tantas religiones, el barrio judío, el musulmán, el armenio y el cristiano. Cúpulas apelotonadas super cerca unas de otras y tan distintas en todos los aspectos.

Ah! Se me olvidaba, en el Monte de los Olivos, había también una iglesia que hicieron allí los rusos, que no pega ni con cola pero que estaba chulísima, con las cúpulas de oro, en plan ruso total.

Después del mirador y de contarnos un poco la historia (no la que todos sabemos) sino historia de la ciudad, nos llevaron a “una iglesia” (vi taaantas iglesias, que no soy capaz de ordenarlas) donde estaba la piedra donde Jesús oró y donde efectivamente tras una verja, había olivos que hombre, 2000 años no sé, pero tiempo tenían un rato, eran gordísimos los troncos. Cuando llegamos, Maite y yo nos fijamos que los olivos no tenían aceitunas, lo que nos resultó extraño, pero luego nos dimos cuenta de que estaban cogiendo aceituna, con sus lienzos, sus sacos, sus espuertas, y su talega que tenían por ahí tirá debajo de una oliva. La gente se mataba por coger una ramita de olivo, yo deseché la idea, puesto que podía cogerla cuando llegase a mi casa y tirarme el moco.

De allí nos montamos en el bus y nos llevaron a Belén, que como me pasa siempre, la gente (Pon) me lleva a los sitios engañá, y me enteré un poco antes que Belén está al otro lado del muro. Si hombre, el muro ese que sale en las noticias, que si Israel, que si Palestina, que si la ocupación, que si no le dejan hacer el trabajo a los periodistas, que si bombas, que si conflicto pa arriba, que si conflicto pa abajo… Pues allí me llevaron. La ignorancia es la felicidad, cuando me quise dar cuenta ya había pasado el muro y no me dió tiempo ni a darme susto. Eso si, nuestra guía se tuvo que bajar del bus y se montó otro, que era un fenómeno de tío.

Pues en ir a Belén (que está a 2 minutos en coche de Jerusalén), pasar el muro, ir a la correspondiente tienda de souvenirs, y volver, se nos pasó toda la mañana y casi la hora de comer, es que para salir de Palestina tardamos mil, yo no sé qué pasaba, me puse a grabar el muro y eso, para matar el tiempo y para tener documentos gráficos de nuestra proeza, yo me puse a grabar, hasta que subieron dos tíos con metralletas en el autobús, mirándonos a todos, nosotros estábamos al final, y cuando llegaron, allí nos dijeron “hello!” de muy buen rollo, entonces les miramos las caras, más de 19 años no tenían ninguno de los dos.

Y se volvió a montar nuestra guía en el autobús, y dijo una frase que enfureció a todo el mundo menos a nosotros, la frase horrible fue: “vamos muy mal de tiempo, solo tenemos 40 minutos para comer, si no, no podremos ver Jerusalén

- oh! Sólo 40 minutoooooooos!! Ifuhghhi!! Khqfha!!!

En fin, la gente parece que se va de viaje todos los dias, además, esos minutos a nosotros nos dieron muuuucho de sí, nos dió tiempo a comer tranquilamente y a que Sergio nos contara el mejor chiste del viaje y probablemente el mejor chiste que me han contado en mi vida, o por lo menos es con el que más me he reído: el chiste del bizco”.

Cuando salimos del hotel que por cierto se llamaba “El Olivo” Pon vió algo que le llamo la atención “oh! un gato” sí, un gato durmiendo tan a gusto en la puerta del hotel, un gato israelí, si, pero al fin y al cabo un gato tío, hay dos familias de gatos viviendo en la calle de detrás de tu casa y no les haces ni puto caso, pero al gato israelí le diste por culo hasta que se despertó y se fue o nos fuimos nosotros, pero vamos que le echasteis fotos… a un gato.


Bueno, después del trafico y esas cosas, (que por cierto, están haciendo un tranvía, y ya os podéis imaginar las obras, qué moda ahora con los tranvías) llegamos al Muro de las Lamentaciones, donde había una jura de bandera y estaba que lo petaba de soldados y las familias, himnos y parafernalia típica. Mi impresión del lugar: Una papa. Lo siento, es que me sentó muy mal que los hombres tengan un montón de metros de muro, y a las mujeres les dejen una esquinita minúscula, así que nos fuimos a los servicios y a esperar a los demás.

Después nos llevaron un ratito por la Vía Dolorosa  y de allí, a la Iglesia del Santo Sepulcro, donde se supone que fue la crucifixión. Me encantó la vuelta que dimos por esas calles, incluida la Vía Dolorosa (que es una calle normal como las otras). Entramos a la iglesia que estaba a reventar de gente y fue poner el pié allí y no sé, me dio una sensación… No sé si fue por la distinta simbología (esta dividida en la parte judía, cristiana y ortodoxa) pero que se me pusieron los pelos de punta como el día anterior al oír la llamada a la oración pero esta vez mucho más.

Cuando salimos de allí era ya de noche, y no nos dio tiempo a ver nada más, la guía nos llevó a unos servicios que había en un centro comercial super cool muy cercano; cuando terminamos, fuimos a una tienda a comprar chicles y esas cosas y cual es nuestra gran sorpresa: HABÍA UN MONTON DE PELUCHES DE PINGÜINOS!!!!!!!

Dios mío, hemos  tenido que ir a Israel para encontrar peluches de pingüinos. Pero claro, Pon estaba allí, lo intentamos entretener, la tía de la tienda no se enteraba y no entendía por qué le preguntábamos cuanto costaba el peluche a la misma vez que lo escondíamos… Que le den al pingüino!!! Me agobié. Luego Sergio me dijo que él volvía y lo compraba, pero era demasiado, íbamos de camino al bus para llevarnos al barco.

Y embarcamos, llegamos a nuestros camerinos y como siempre, Jorge que era el muchacho que nos limpiaba el camerino nos estaba esperando por ahí para preguntarnos que como nos había ido, el muchacho, un sol, al día siguiente le dimos la tarde libre, pero eso ya lo contaré.

Es temprano, ¿¿¿qué podemos hacer??? Bañarnos en la piscina con nuestros cócteles, la mejor forma de recuperarse de un día de excursión. Así que ni cortos ni perezosos nos pusimos los bikinis y nos metimos en la piscina, todo el mundo nos miraba…  Era noche cerrada (serían las 7 de la tarde más o menos), pero no hacía nada de frío, ni fresquito, la verdad es que el baño nos sentó de escándalo.

Claro, con el cansancio, el no haber cenado aún, y la piscina, los cócteles se nos subieron ligeramente, pero nada de borrachos, estábamos alegres. Cuando decidimos irnos a ducharnos y arreglarnos para la cena, nos reíamos mucho, y todo era gracioso, hasta las fotos de barcos que había en los pasillos de los camerinos eran graciosas, tan tan tan graciosas que a Pon en un ataque de humor se le ocurrió hacerle la zancadilla a Maite, que no se podía levantar la muchacha de la risa, el pobre Pon fue a ayudarla porque yo creo que se sintió mal y todo.

Cuando entramos en la habitación y empezamos a ver qué ropa nos poníamos, quien se duchaba primero y esas cosillas, veo a Pon con la cara desencajada:

- Mi alianza!!!! Nena mi alianza!!!!!!
- Ves???? Te tengo dicho que no te quites el anillo cuando te metas en la piscina, QUE NO SE TE VA A CAER!!  Y ahora lo has perdio, que sepas que no lo vas a encontrar.

Yo me metí a ducharme y lo ultimo que ví fue a Pon cerrando la puerta de la habitación, rumbo a la piscina.

Regresó sin alianza, pero dejó a la mitad de la tripulación buscando el anillo, al pobre Sergio por allí agachao, y varios pasajeros también a la búsqueda.

- Moor, tío, es un anillo, no pasa nada.
- QUE NO PASA NA??? No es un anillo!!!!
-  A ver, que porque hallas perdido la alianza no te voy a dejar, ni me voy a ir con otro ni nada de eso, nuestra relación va a seguir igual.
- Bla bla bla bla bla anillo super especial bla bla bla bla….

Entonces se me ocurrió una idea típica de película, y que a mí me parecía chuli, así en plan abuela del Titanic cuando tira el pedrusco ese al mar:

- Tiremos mi alianza al mar.
- QUEEEEEEE???!!!!!! Lo estarás diciendo de broma no???
- Hombre es probable que la tuya ya esté en el mar

Yo sabía que de esa Pon no se recuperaba, y efectivamente, en la cena no habló, estaba ido. Y después de cenar me dice el colega que se va otra vez a buscarla, este niño es tonto, pero lo dejé, por lo menos estaría entretenido un rato.

Y señores, apareció la alianza!!!! En el pasillo, justo donde Maite se había “caído”. Me pareció increíble que la encontrara.

Y volvimos a recuperar a Pon para disfrutar al completo de “la noche caribeña” y bailar Paquito el chocolatero y todas esas cosillas. 

Hasta que se hizo tarde, que mañana también había que madrugar.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Chapa y pintura

Hola people!

Cómo habréis podido comprobar los más avispados, hemos tuneao el blog, hemos cambiado el fondo por uno que a Pin le excitaba, hemos agregado alguna que otra sección más, y hemos puesto nuestras fotos más recientes en la barra de la derecha, entre otras cosas.

Pero evidentemente, nos debemos a nuestra fiel masa de seguidores, por lo que desde aquí os insto a que opinéis, critiquéis, escupais, farfulléis, vamos, lo de todos los días, sobre éste vuestro amado blog preferido.

No importa quién seáis, queremos la opinión de los visitantes de siempre, como el ruso que nos lee con su chupito de vodka, el holandes que lo hace fumándose un canuto, o la compañerra rrrrrrusa de Maite (hola!).

Luego entonces... ¿qué decís? ¿mejor mucho?

pollcode.com free polls
Os gusta el tuneo?
Si, siempre Si, a mi todo lo que hace Pin me pone cebollon (guarro, me he quedao con tu cara) Si, a mi todo lo que hace Pon me pone cebollona (aqui no, aqui sois totalmente anonimas) No, se me caen los ojos cada vez que entro. No, todo lo que haceis da asco. No, nunca. Lo que digan las sosias Helicoptero   

domingo, 14 de noviembre de 2010

Día 3: Egipto

RRRIIIIIIIIINNNG, RRIIIINNNNNG, RRRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNG!!!!!!

Nos llaman??!, pero, qué hora es?? Qué pasa???”
“Es de día, nos hemos dormido???”

………………

- Sii?? Buenos días, sí…… vale, gracias.-
- Nene, qué pasa???
- Puf! Yo que seee! Que es muy temprano!!!
- ¿Quién ha llamado? ¿qué te han dicho?
- Me han dicho que ya hemos llegado a puerto y que nos vemos abajo
- ¿Pero quién era?
- No sé…. Sería de la tripulación, yo que sé!
- De la tripulación? A nosotros? Pero te han dicho quien era??
- Yo que sé nena, hablaban en panchito
- Pues entonces será la tripulación. A lo mejor es que te despiertan… pero es que son… las seis de la mañana!!!!

Habíamos puesto el despertador a las 7, porque la excursión salía a las 8, pero es que eran las 6! No importa, media vuelta y a seguir durmiendo.

Desayunando, nos encontramos a los demás, y empezamos a hablar, lo primero que preguntamos fue: ¿oye, a vosotros  os han llamado para deciros que el barco ya habia llegado a puerto? Nooo?!.

Bueno, pues nada, seguimos ahí con nuestro desayuno y vemos que se acercan Wendy y Olga, lo típico, las saludamos, qué tal la noche y todo eso. Ellas iban a otra excursión, que salía a las 7 pero que se estaba retrasando un poco. Y en esto que Olga me dice:

- Pues nos ha llamado el padre de Wendy por teléfono a las 6 de la mañana para despertarnos, joder, menudas horas…

Hostia colegaa…. Era Estanco, el padre de Wendy, que se había confundido de número de habitación, quería llamar a sus amigos y nos ha llamado a nosotros, claro, por eso lo de “me han hablado en panchito”.

Todo solucionado, llegamos al bus, nos montamos, y se presenta el guía, un egipcio de pura cepa, que se llamaba Saladino, pero le podíamos llamar Saladh, Salado, lo que fuera menos Sandalio que en su país sandalio significaba “chancla” (y en el mío también).

Para nosotros era Saladito.

Como el día iba a ser muy duro y nos iban a llevar a comer a las 4 de la tarde, nos dieron a primera hora unas cajetas como las de los happy-meal con víveres para aguantar hasta aquella hora, además había en el bus dos neveras, una al lado del conductor y otra en los asientos de Pin y Pon con agua y refrescos fresquísimos. También había un WC muy cerca de los asientos de Pin y Pon, y claro, es el ciclo de la vida, si vas a la nevera a coger agua o coca-cola (que nadie sabía abrir la neverita de las narices) y te lo bebes, pues o retienes líquidos, o tienes que mearlos, y si a eso le sumas que los más jóvenes del bus con diferencia éramos nosotros…  Pues ya os lo podéis imaginar, para cuando llegamos a las pirámides, había un PESTE a meaos inmensa; pero eso sí, olía siempre y cuando aquello se removía algo, es decir, cuando entraban y salían, con la puerta cerrada del WC, aquello era gloria.

Al bajarnos del bus, la primera toma de contacto con Egipto, fue con un morillo que me dijo:

Gol de Iniestaaaaa, España!!!!

Lo siguiente que pensé fue “aquí pega el sol, eh?!

Y nada, pirámides, fotos, carreras, saltos, camellos secuestrando a turistas… Lo normal.

Fuimos a la Fortaleza de Saladino (que alli el nombre de Saladino será como aquí Manolo) y después a la Mezquita de Mohammed Ali.

Para entrar en la mezquita había que taparse, pero la verdad es que yo pensaba que iban a ser más estrictos, lo único que requerían es que llevases los hombros y las rodillas cubiertos, nada más. Esto era para entrar tanto en mezquitas como en iglesias, en Egipto y en Israel.

A la salida de la mezquita, hay un mirador donde se ve casi toda la ciudad de El Cairo, a los 10 segundos de estar allí, comenzó la llamada a la oración, todas las mezquitas de la ciudad (hay una mezquita cada, 300m aproximadamente) tienen que llamar a la vez. Hubo cuatro momentos en el viaje en los que se me puso la piel de gallina, ese fue el primero, de verdad, IMPRESIONANTE.

De ahí nos llevaron por fin a comer a un barco en el Nilo, mientras comíamos, nos iban dando una vueltecilla por el río, además, hubo espectáculo de la danza del vientre o algo parecido. Y desde el barquito sobre el Nilo, con la música del espectáculo, vimos el atardecer, que tampoco se queda corto.

Esa fue la ultima actividad del día, desde el barco nos montamos en los autobuses dirección al puerto. El viaje de vuelta fue larguísimo, íbamos super cansados y la verdad, estábamos en tensión, porque allí la conducción no es como aquí.

Hay otras normas:

Una vía con dos carriles para el mismo sentido, delimitados con líneas discontinuas, con un arcén y a la derecha del arcén unos 30cm de gravilla, hasta que ya se mezcla con la tierra del campo, ¿Cuántos carriles tiene a efectos prácticos? Respuesta: tres, el de la izquierda, el de la derecha y mitad del arcén + mitad gravilla, que hacen el tercer carril. ¿Por qué carril se efectúan los adelantamientos? Se pueden hacer por cualquiera de los tres carriles, aunque se empleará preferentemente el tercero.

¿Es posible dar marcha atrás en una “autovía”? Sí, siempre.

¿Se considera como vehículo un mulo tirando de un carro? Sí, siempre.

¿Podrá circular por la autovía? Sí, siempre.

¿Por qué  carril deberá circular? Por cualquiera de los tres, aunque preferentemente por el de la izquierda.

¿A qué velocidad deberá circular por autovía? A una velocidad alterna de 110K/h -20K/h, dependiendo del carril por el que vayas tú, de por donde te encuentres al mulo y de por donde te vayan a adelantar.

Allí los coches no van de 0 a 100 en 3 segundos, van de 100 a 0 en 1 segundo.

En fin, cuando por fin y gracias a Dios sanos y salvos nos bajamos del autobús, yo tenía un dolor de cabeza muy grande, así que cenamos y nos fuimos a dormir prontito, que mañana había más.



miércoles, 10 de noviembre de 2010

Día de navegacion, parte II

La siesta fue interminable… nos despertamos cuando estaba ya anocheciendo, y con la hora justa para arreglarnos, que tocaba Noche de Gala con el Capitán! Uuuoooh!!

Nos ponemos divinos y monísimos, pero vamos, gala, gala, lo que se dice gala pues no, porque yo me puse el vestidito que me lo he puesto ya mil veces, si os dais una vuelta por mi tuenti, lo llevo puesto en mil ocasiones, cotillones, cenas de empresa, bautizos… Y para colmo tenía una mancha…. Yo no me di cuenta, se ve luego en las fotos. Si es que a quién queremos engañar, yo no me caracterizo por mi glamour.

Bueno, pero Pon tampoco se queda corto, que la corbata era prestada, fue al camerino de al lado y Sergio abrió el armario cual vendedor ambulante, y tenia allí corbatas de todas las clases, formas y colores.

Una vez recompuestos, teníamos que ir al teatro, porque en la puerta estaba el capitán, saludando a todos y cada uno de los pasajeros y echándose una foto con ellos. La verdad es que nosotros éramos de los últimos de la gran cola que había y cuando llegamos, y ese hombre me dijo hola y me dio la mano, le mire a los ojos… Esa mirada decía “mátame, por favor”. Y es normal, mil y pico pasajeros, todos a la vez…. Yo me tiro al agua.

Después de eso, espectáculo, después de ver el espectáculo, a cenar, y después de cenar...


Es un concurso igual que el de la tele al que se presentan las parejas que quieran y el jurado está compuesto por 3 de los bailarines profesionales que trabajan en el barco. Van bailando y el jurado va clasificando a parejas, vamos, como todos los concursos de baile.

Esta vez la pareja de baile iba a por todas, en concreto la participante femenina quería desquitarse de concursos anteriores en los que había participado y ni siquiera había pasado la primera criba, pero ésta vez era diferente, sabía que era su momento, ésta era la oportunidad, y lo iba a dar todo

Prueba nº 1. Vals

Todas las parejas bailan vals a la vez, es la primera toma de contacto, y de ahí seleccionan a 4 parejas. Nuestra pareja favorita pasa a la siguiente fase con la puntuación más alta, ésto promete…

Prueba nº 2. La definitiva

Bien, las mejores parejas ahora debían enfrentarse en solitario ante el jurado y el público. En una bandeja había 4 sobres, uno para cada pareja, y dentro de estos, un estilo musical.

1º pareja, abre el sobre…. Salsa! “Mira con lo bien que hubieran bailado estos salsa”, pensé mientras grababa el video.

2º pareja, tachan tachan… Bachata! “Oh! Mierda! Con lo que les hubiera gustado bailar una

3º pareja… Merengue! “pero qué coño les va a tocar bailar a ellos?!

Ya intuíamos todos que aquello no iba a terminar bien, porque los bailes fáciles y chulis habían salido.

4º pareja … Rock&Roll!!! ¿Queee?!!! Ay dios mío que nunca he visto bailar a Maite un Rock&Roll.

A ver, fue mala suerte que sepas bailar super bien 3 de los 4 estilos de baile, y te toque el que no dominas…

Pero bueno, el público los quería, tanto es así que los amigos de la pareja ganadora se acercaron a ellos al final del concurso y les dijeron que a ver, sus amigos son sus amigos, pero que ellos también merecían el premio.

Yo creo que ese gesto le hizo sentir un poco amenazado al componente masculino de la pareja triunfadora, porque así, como el que no quiere la cosa se acercó y dijo en voz alta: “EL CAMPEÓN TIENE QUE DESCANSAR” y el colega se sentó.

Oh my God!

Y después de esta frase que nos dejó a todos con la boca abierta y que repetíamos cada vez que veíamos al payo por el barco, nos fuimos a la discoteca, a darlo todo!!

Bueno vale, que sí, que a quién pretendo engañar, estuvimos un ratillo nada más, porque al día siguiente había que levantarse TEMPRANO que A LAS OCHO salía nuestra excursión (estas dos palabras en mayúsculas no están puestas por casualidad).


lunes, 1 de noviembre de 2010

DÍA 2: NAVEGACIÓN

Si, íbamos a pasar tooooodo el día en el barco y sin poder salir, pero de verdad os digo, que uno no se aburre allí, que hay cosas que hacer, esa gente trabaja para eso, para que recuerdes tus vacaciones en el mar como una fiesta sin fin.

Pues nada, nos levantamos, sobre las 10, conseguimos llegar como pudimos donde se servía el desayuno, no sabíamos si había que subir o bajar las escaleras, ir pa la izquierda o la derecha, y cuando por fin Pon tenía sus tostadas con aceite y kilos de azúcar encima, me dice el gracioso:

-  vamos fuera a desayunar???

Pon ya sabe que ciertas miradas mías son muy aclaratorias, siempre indican negación obstinada. Ya sabéis el susto de la noche de antes cuando estuve 2 segundos en cubierta.

Total, que cuando terminamos nos miramos y nos dijimos “¿qué hacemos hasta que Maite se despierte?”. Pues no sé, vamos a ponernos los bikinikis y vámonos a la cubierta.

Allí, nos encontramos a la compañera de Maite y a su amiga, que nos indicaron que arriba en las hamacas se estaba mucho mejor y nos fueron dando instrucciones de lo que mayormente se hacía en un crucero: tostarse al sol.

Y yo os digo, si no os gusta mucho eso de tirarse a la bartola, y sois más de acción, podéis imaginaros que el diámetro del barco es una pista de atletismo, os ponéis vuestras mallas, deportivas, podómetro (vamos que al tío le faltaba el dorsal) y hacéis unas 11 o 12 vueltas, que son las que yo le conté al colega éste, que al final le íbamos cronometrando las vueltas rápidas como en la F1. Que tiene tela marinera, me imagino yo al colega haciendo la maleta y pensando: “esto para por las mañanas, que no me falte mi caminata diaria”.

Y en estas vino Maite y nos enseñó lo que es bueno: la posibilidad de empezar a beber cócteles a las 11 de la mañana. A partir de aquí, lo demás vino rodao.

Margarita para Pin, Costa Azul para Pon, y así sucesivamente, hasta que el equipo de animación del barco empezó la jornada laboral y ahí se desató la locura de Maite, y los siguientes 7 días fueron un no parar de bachatas, merengues, chachachás…

La locura de Maite?? Y qué decir de la demostración de habilidades sobre el escenario del participante nº 1 en el concurso “Piernas Bonitas”!!!  Y qué bailes, y qué apertura de piernas, y qué movimiento de pelvis.

Después de esos momentazos de risas y risas y de enterarnos de que Maite venía de Madrid, nos fuimos a relajarnos un poco al jacuzzi. Pero había un problema, estaba petao y éramos 6, por lo que nos fuimos metiendo poco a poco, uno a uno, así como el que no quiere la cosa hasta que echamos a la familia que estaba dentro. Y le empezaron a botar las tetas a la amiga de la compañera de trabajo de Maite, y Pon, ya sabéis como es Pon, anda que se iba a callar el muchacho.

Y yo os digo, os doy mi opinión, he nacido pobre y a mi el jacuzzi no me gustó, me agobiaba mucho el calor, y me fui de allí. Bueno, nos fuimos todos porque nos llamaron para pasar revista ante los israelíes.

Es decir, la cosa consistía en que como a los dos días íbamos a visitar su país, esa gente quería vernos el careto uno a uno  por si teníamos aspecto de terroristas (menos mal que Juan no vino) y preguntarnos por la familia y esas cosas.

Y yo tengo una pregunta que me ronda desde aquel día: Si ese era el día de navegación y el barco zarpó el día anterior a las 9 de la noche aproximadamente desde Atenas, y si la llegada al próximo puerto era al día siguiente sobre las 6 de la mañana, es decir 35 horas navegando sin parar, ¿CUÁNDO SE  SUBIÓ ESA GENTE AL BARCO?

  • Estuvieron todo el tiempo allí infiltrados con nosotros?
  • Se subieron en mitad de la ruta desde una lancha motora?
  • Son parte de la tripulación y todo fue un paripé?
  • Viven allí?
Pues nada, después de sellarnos el pasaporte, mirarnos fijamente a los ojos y preguntarnos si éramos Pin y Pon, nos fuimos a hacer la segunda actividad oficial cuando uno se va de crucero: COMER COMO CERDOS, OSOS, Y CON GULA ASQUEROSA.

Ya os voy a decir el orden de las actividades:

  1. Beber
  2. Comer
  3. Bailar bachata y derivados (rock&roll no mola).
Después de comer, señores, ya sabéis, toca irse a dormir la siesta, siesta que duró miles de horas.

Bueeeno, ya seguiré contando después de la siesta, que toca cena de gala con el capitán.


PD: en serio, ¿dónde se montaron los israelíes?
PD2: sí, el barco sobrevoló algunas islas griegas.