domingo, 30 de mayo de 2010

A la vuelta de Huelva

Dia 3, 09:00 horas:

Oh! Ya nos vamos de Lisboa, dejamos de ver la ciudad, volvemos al coche...

En 5 minutos llegamos a Sintra, un pueblo que parece que lo han recortado de la vieja centro-Europa y lo han zampado allí mismo. No exagero, si digo que el clima cambió completamente justo cuando entramos, en la capital hacia un día muy bueno, sin embargo, de repente estábamos inmersos en una niebla espesa, una oscuridad y una humedad que no me gusta.

De Sintra

Llegamos y plantamos el coche en la puñetera plaza del pueblo, enfrente del ayuntamiento, que más que un ayuntamiento, parecía el castillo de la Bella Durmiente. Zona azul, bueno, se paga si es para poquito rato, solo vamos a ir a ver un palacio que está en lo alto del monte y para antes de comer estamos aquí.

Bueno, empezamos la caminata viendo el precioso pueblo, cuando por supuesto esa oscuridad se convirtió en una tormenta más o menos como la del 15 de Agosto, Pon tenia su super-chubasquero, Pin... A Pin en un momento de desesperación se le ocurrió ponerse el pañuelito que tenía al cuello, a modo de pañuelo musulmán. LO MEJOR QUE HE HECHO EN AÑOS.

A partir de aquí objetivo fijo: VER EL PALACIO DA PENA aunque nos fuera la vida en ello...

Cola para coger el bus que nos llevase al palacio. En plena tormenta, solo te queda hacerte amigo de unos que había por allí, para que poco a poco, disimuladamente meterte dentro de su paraguas; todo es más fácil si el colega está enfadado con la mujer y llega un momento en el que tu estas más dentro del paraguas que ella.

Por fin llega el bus. Proclamación de Héroe Nacional al “autobusero”. Increíble el camino, la gente mareándose, potando... Para los que hayan ido a Escocia, recordad el camino hacia el Skywalker pero con un desnivel del 50%...

Cuando ya llegamos al palacio, aguantamos largas colas bajo la lluvia para entrar en sus jardines y en el susodicho monumento. No he visto sitio con el nombre mejor puesto. Si, el palacio da pena, no por feo (es increíblemente precioso y original) sino por lo malísimamente conservado que lo tienen.

- Pon, ahora que?
- Ya nos vamos, cogemos el bus para el pueblo, comemos y seguimos viendo cosillas.
- Y donde se coge?
- Pues donde nos dejó, allí...

Oh my God!! Venga yaaaaa!!!!!!! Resumen de la situación:

Situación meteorológica: Ciclogénesis explosiva perfecta:

- Humedad: 100%
- Temperatura: 9º
- Sensación térmica: –8 ( el 8 tumbao, es decir, infinito)
- Precipitación: Intensa

Situación fisiológica: Muy malica:

- Pies que hacían surf dentro de las deportivas
- Frío
- Hambre
- Ganas de sentarme

Situación psicológica: Ok

A ver, había mucha gente esperando el bus, si, pero , no podíamos hacer otra cosa que esperar, además, los autobuses pasaban cada 20 minutos, que tampoco es tanto.

Llegó el primero: casi entramos, pero iba ya muy lleno, bueno, al siguiente y no pasa nada, lo malo es que nos quedan 20 minutos...

Y pasaron 20, y 30, y 1 hora y media y no asomaba por allí ni Dios, y la cola iba creciendo y creciendo y creciendo...




La situación atmosférica no variaba, la fisiológica iba a peor, lo que influía mucho en la psicológica. Hubo un momento en que la histeria colectiva comenzó a notarse, la gente se abrazaban los unos a los otros para darse calor, había MUCHA hambre, los afortunados que podían, repartían galletas entre sus conocidos (a nosotros se nos ocurrió sacar la comida ese día de mi bolso).

Yo, mantuve la calma todo lo que pude, al igual que Pon, pero llegó la hora de comer y Pon tenia mucha hambre; yo le veía ya la locura en sus ojos, se iba a poner a robar comida de un momento a otro, y a mi se me ocurrió decirle que lo único que tenía en el bolso era un bote de gel desinfectante de ese que arrasamos en los supermercados cuando empezó la Gripe A , que se lo podría comer y como tenía alcohol pues entraría un poco en calor, todo eran ventajas .

Esto lo hice en honor “al día en que Maite casi se hace caníbal” (me he tomado la revancha en tu nombre Maite).

Madre mía, que el tío se lo planteó...

Total que en estas viene el autobús, todos nos ponemos contentos y nerviosos a la vez y de repente (como ya os he adelantado en el video), con todo su morro, el conductor monta a 4 personas (el bus iba VACÍO).
La respuesta de los 150 españoles a tal provocación fue gritarle, e intentar zarandear el autobús, y el colega nos contestó que había tardado tanto en llegar porque había un coche español mal aparcado en la calzada y no podía pasar y solo montar a 6 personas era su venganza particular. El colega tuvo un par.

A todo esto, se nos había pasado ya las horas que habíamos pagado de zona azul, nos habrían multado... UNA CACA DE VACA.

Bueno, tras otra media hora, por fin salimos de allí salvos, sanos no mucho.

Por fin comimos, tarde pero bien y fuimos a ver si nos habían multado, la suma ascendia a 2€ ¿*? alguien me explica por que cuesta la multa casi menos que la zona azul?

Después de todo esto, Pon quería llevarme al punto más al oeste del continente europeo, donde el atardecer evidentemente es mas tardío y para eso tenia que atravesar una sierra por senderos sinuosos, con caminos, no carreteras.

Tengo que confesar que nos costó trabajillo llegar, el GPS no nos ayudaba mucho, y esos cruces de caminos/carreteras sin señalizar... En unos de esos cruces, nos encontramos un poquito adentrados entre la maleza una furgoneta blanca, y al lado fuera de ella, un viejo con una sola pierna, un muchacho joven y una garrafa, que nos miraron mu malamente (a ver, la furgoneta y la garrafa no nos miraron). Me dió eso a mi mal rollito.

Y llegamooos!!!!!!!!!!!!! Bello lugar, dice Pon que me quedé pillailla por la inmensidad del mar... Lo que sí sé es que hacía un vientazo increíble, que en el último instante del atardecer se nubló, y que Pon empezó a hablarme de forma muy rara, como en otro idioma (yo creo que esperando el bus, me cogió sin que me diera cuenta el jabón ese desinfectante y algo probó).


Pon haciendole una foto al atardecer nublado.

Así que al igual que los animalillos del bosque, cuando se fué el sol, nos fuimos a descansar, que el día había sido muy duro.

Día 4: volvemos a casa!

Nos despertamos en Cascais, aprovechando el único desayuno en condiciones de toda la semana, arrasamos en el buffet, el hotel olía a rancio, pero no en el sentido despectivo, si no al rancio de pasta gansa, de llevar el hotel allí desde los años 60, donde veraneaba la jet.

De Cascais

Llegamos a la Boca do Inferno, un sitio muy requete chuli con mucho billetaje, nos dimos una vueltecilla, nos compramos unos helados y dijimos “bueno, aquí se ha terminado el viaje, a partir de ahora, todo lo que hagamos será para ir a nuestras casas”.

A ver, si más o menos habíamos calculado el tiempo que íbamos a tardar en volver, teniendo en cuenta que teníamos que parar a comer y todo eso.

Yo creo que influyeron varios factores:

1. Comprensión de la distancia de Pon; es decir, si acabamos de ver un cartel en la autovía que pone: “Espanha 85” ¿Por qué le dices a tu padre que estamos a 30 Km de España? Que son kilómetros, no millas, no hay que hacer cálculos!

2. Diferencia horaria; este fue fundamental, no nos acordamos del cambio de hora, y de repente eran las 16:30 de la tarde, en ningún sitio nos iban a poner ya de comer. Nosotros que estábamos esperando para comer en un sitio donde entendiéramos la carta… Aquí es donde vuelven a entrar en acción los dos paquetes de patatas fritas que compramos al principio, que nos habíamos comido solo uno y que ahora no eran finas patatas, sino confeti de patata.

3. Coger nacionales por donde no has pasado en tu vida a la vuelta del puente de Semana Santa.

Estimación de hora de llegada: 20:00 h, hora real de llegada 23:00h, llamadas de la madre de Pin al móvil, unas 5 ó 6 y del padre de Pon 2.

El viaje, ETERNO, sin comer, pasando calor... Un desastre. A las 18:30h empecé a decirle a Pon que deberíamos parar a merendar algo, estirar las piernas, etc. Tardé media hora en convencerlo, porque él estaba harto y quería llegar cuanto antes. Pues bien, alrededor de las 19:00h cuando estábamos en mitad de no sé donde, en el pueblo más perdido del mundo, AZUAGA, nos paramos en una gasolinera.


Primero, cuando aparcamos el coche en la gasolinera, nos recibió un perro enjaulado rabioso, con los ojos inyectados en sangre que no paraba de ladrarnos y aunque estuviera en la jaula, daba mucho miedo.

Después entramos en la tienda, para comprar algo de comida. Vale, nos metimos en el único sitio que apenas había nada para comer, una imitación a Boyicao, y poco más, además de un batido de chocolate.

Mientras buscábamos a ver si encontrábamos algo más, entró en la tienda, un personaje como pocos he visto en mi vida. Era la versión en humano del perro rabioso de la entrada. Qué gritos, qué voces, qué insultos (y el colega estaba de coñas) el muchacho de la gasolinera tenia en la expresión de la cara una mezcla entre vergüenza y pavor.
Lo único que se atrevía a decirle era:

- Si tú eres el que manda aquí...

Me figuro que seria el que mandaba en la zona, el colega venia de caza, pero venia con unos 5 ó 6 niños, que la verdad, parecían acostumbrados porque si el tío ese me dice:

- El que quiera un polo no tiene chucheríaaaaaaaaaaaaaaaas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! – de la forma en que lo dijo, yo no me atrevo a negociar con él.

En fin, que salimos de allí y claro, a mi me dieron ganas de ir al servicio (no era para menos). Pon me preguntó que si me atrevía a ir sola, yo valiente, dije que si.

Cuando salí, me encontré el coche cerrado, otro coche aparcado cerca con dos hombres dentro, y mi Pon no estaba. Miraba alrededor y no lo veía. Todo era campo llanico, y no lo encontraba y empecé a pensar cosas raras (los ladridos del perro furioso ayudaban), y lo que mas pánico me daba era que tuviera que conducir yo desde allí hasta mi casa.

De repente, apareció detrás de unos matorrales, el me dijo que estaba meando, habrá que creerlo.

Por fin salimos de ese sitio, que sin duda dejó huella en nosotros, ya ves que aún me acuerdo del nombre del pueblo.

Tras ese shock post traumático (que de verdad, contado así por encima parece una tontería, pero los minutos allí fueron aterradores), nos metimos en el coche y nos quedamos callados, cada uno tratando de asimilar aquello en la inmensidad de su mente.

Y otra vez carretera y manta, mientras anochecía, e ibamos pasando por pueblos algunos conocidos, otros no, y hasta que siendo noche cerrada llegamos a Porcuna, Martos, y por fin a nuestras respectivas casitas y nuestras camitaaaaaas!

A descansar, que al día siguiente, aunque fuera el maravilloso 5 de Abril, estaríamos muy atareados con nuestros quehaceres cotidianos.

FIN

PD: Querido lector, si es que aún sigues ahí después de un mes con esto colgado, pido disculpas, estoy muy atareada con las salidas nocturnas que me provocan embriaguez y desayunar con pan tostao, los correos de los lunes, y rechazar escapadas a ferias de ciudades vecinas entre otras muchas cosas.

1 comentario:

  1. ¿A quien se le ocurre separarse en aquella gasolinera del perro rabioso y el secuestra niños? Es que no sabeis aquella máxima de las pelis de miedo que dice: Si te separas del grupo... mueres. xD

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