lunes, 22 de noviembre de 2010

Día 4: Jerusalén y Belén

 RRRIIIIIIIIINNNG, RRIIIIINNNNNG, RRRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNG!!!!!!

Uummmm???!! Venga yaaaaaa!!!! No puede ser!!!!”

……………

- Siiiiiii??????  Si, mu bien, adiós!!!
- Venga ya, que era Estanco???
- Sí hija sí, parece ser que ayer no se enteró
- Pero bueno, habrá que decirle algo, no??
- Puf! Sí pero ahora no, por cierto, ¿Qué hora es?
- No tan tempranísimo como ayer, pero nos podemos quedar un ratico más durmiendo.

Pues si, Estanco no se enteró el día de antes, pero cuando fuimos a desayunar ya le dijimos a Wendy que por favor, se cerciorase de que su padre cogiese la idea.

Y nos disponemos a ver Tierra Santa, pero de verdad, qué complicado es pisar el suelo de ese país, a la salida del barco nos esperaban dos apuestas señoritas, registrándonos todas las mochilas, bolsos… Bueno, miraron por el objetivo de la cámara de fotos de Pon, que yo sé (aunque él no me lo dijo), que estuvo a punto del infarto, que yo sé que Pon no deja que cualquiera toque su cámara, y mucho menos que le quite la tapa al objetivo y esas cosas. El pobre, mientras ultrajaban a su otra preciosa (véase foto del tuenti donde me compara con una cámara de fotos) tenía que estar contestándole a la otra señorita, que no se creía que no llevase ningún arma, de ningún tipo (y todo en inglés, que por supuesto, yo no entendí, luego me lo explicó todo).

Nos montamos en el bus, se presentó la guía, y comenzamos el viaje, que ya era otra cosa, calzadas normales, respeto a los semáforos…

Llegamos a la capital, nos bajamos del autobús:

Aquí también pega bastante el sol”

Estábamos en el Monte de los Olivos, que en otra época tuvo olivos, porque ahora…. Ahora lo que hay es un barrio donde la gente acumula basura en la calle y un mirador patrocinado por Peugeot:


También un cementerio judío y otro musulmán gigantescos e impresionantes los dos. Desde allí se ve una panorámica de Jerusalén, y me impresionó bastante como en tan poco espacio, pudiera haber tantas religiones, el barrio judío, el musulmán, el armenio y el cristiano. Cúpulas apelotonadas super cerca unas de otras y tan distintas en todos los aspectos.

Ah! Se me olvidaba, en el Monte de los Olivos, había también una iglesia que hicieron allí los rusos, que no pega ni con cola pero que estaba chulísima, con las cúpulas de oro, en plan ruso total.

Después del mirador y de contarnos un poco la historia (no la que todos sabemos) sino historia de la ciudad, nos llevaron a “una iglesia” (vi taaantas iglesias, que no soy capaz de ordenarlas) donde estaba la piedra donde Jesús oró y donde efectivamente tras una verja, había olivos que hombre, 2000 años no sé, pero tiempo tenían un rato, eran gordísimos los troncos. Cuando llegamos, Maite y yo nos fijamos que los olivos no tenían aceitunas, lo que nos resultó extraño, pero luego nos dimos cuenta de que estaban cogiendo aceituna, con sus lienzos, sus sacos, sus espuertas, y su talega que tenían por ahí tirá debajo de una oliva. La gente se mataba por coger una ramita de olivo, yo deseché la idea, puesto que podía cogerla cuando llegase a mi casa y tirarme el moco.

De allí nos montamos en el bus y nos llevaron a Belén, que como me pasa siempre, la gente (Pon) me lleva a los sitios engañá, y me enteré un poco antes que Belén está al otro lado del muro. Si hombre, el muro ese que sale en las noticias, que si Israel, que si Palestina, que si la ocupación, que si no le dejan hacer el trabajo a los periodistas, que si bombas, que si conflicto pa arriba, que si conflicto pa abajo… Pues allí me llevaron. La ignorancia es la felicidad, cuando me quise dar cuenta ya había pasado el muro y no me dió tiempo ni a darme susto. Eso si, nuestra guía se tuvo que bajar del bus y se montó otro, que era un fenómeno de tío.

Pues en ir a Belén (que está a 2 minutos en coche de Jerusalén), pasar el muro, ir a la correspondiente tienda de souvenirs, y volver, se nos pasó toda la mañana y casi la hora de comer, es que para salir de Palestina tardamos mil, yo no sé qué pasaba, me puse a grabar el muro y eso, para matar el tiempo y para tener documentos gráficos de nuestra proeza, yo me puse a grabar, hasta que subieron dos tíos con metralletas en el autobús, mirándonos a todos, nosotros estábamos al final, y cuando llegaron, allí nos dijeron “hello!” de muy buen rollo, entonces les miramos las caras, más de 19 años no tenían ninguno de los dos.

Y se volvió a montar nuestra guía en el autobús, y dijo una frase que enfureció a todo el mundo menos a nosotros, la frase horrible fue: “vamos muy mal de tiempo, solo tenemos 40 minutos para comer, si no, no podremos ver Jerusalén

- oh! Sólo 40 minutoooooooos!! Ifuhghhi!! Khqfha!!!

En fin, la gente parece que se va de viaje todos los dias, además, esos minutos a nosotros nos dieron muuuucho de sí, nos dió tiempo a comer tranquilamente y a que Sergio nos contara el mejor chiste del viaje y probablemente el mejor chiste que me han contado en mi vida, o por lo menos es con el que más me he reído: el chiste del bizco”.

Cuando salimos del hotel que por cierto se llamaba “El Olivo” Pon vió algo que le llamo la atención “oh! un gato” sí, un gato durmiendo tan a gusto en la puerta del hotel, un gato israelí, si, pero al fin y al cabo un gato tío, hay dos familias de gatos viviendo en la calle de detrás de tu casa y no les haces ni puto caso, pero al gato israelí le diste por culo hasta que se despertó y se fue o nos fuimos nosotros, pero vamos que le echasteis fotos… a un gato.


Bueno, después del trafico y esas cosas, (que por cierto, están haciendo un tranvía, y ya os podéis imaginar las obras, qué moda ahora con los tranvías) llegamos al Muro de las Lamentaciones, donde había una jura de bandera y estaba que lo petaba de soldados y las familias, himnos y parafernalia típica. Mi impresión del lugar: Una papa. Lo siento, es que me sentó muy mal que los hombres tengan un montón de metros de muro, y a las mujeres les dejen una esquinita minúscula, así que nos fuimos a los servicios y a esperar a los demás.

Después nos llevaron un ratito por la Vía Dolorosa  y de allí, a la Iglesia del Santo Sepulcro, donde se supone que fue la crucifixión. Me encantó la vuelta que dimos por esas calles, incluida la Vía Dolorosa (que es una calle normal como las otras). Entramos a la iglesia que estaba a reventar de gente y fue poner el pié allí y no sé, me dio una sensación… No sé si fue por la distinta simbología (esta dividida en la parte judía, cristiana y ortodoxa) pero que se me pusieron los pelos de punta como el día anterior al oír la llamada a la oración pero esta vez mucho más.

Cuando salimos de allí era ya de noche, y no nos dio tiempo a ver nada más, la guía nos llevó a unos servicios que había en un centro comercial super cool muy cercano; cuando terminamos, fuimos a una tienda a comprar chicles y esas cosas y cual es nuestra gran sorpresa: HABÍA UN MONTON DE PELUCHES DE PINGÜINOS!!!!!!!

Dios mío, hemos  tenido que ir a Israel para encontrar peluches de pingüinos. Pero claro, Pon estaba allí, lo intentamos entretener, la tía de la tienda no se enteraba y no entendía por qué le preguntábamos cuanto costaba el peluche a la misma vez que lo escondíamos… Que le den al pingüino!!! Me agobié. Luego Sergio me dijo que él volvía y lo compraba, pero era demasiado, íbamos de camino al bus para llevarnos al barco.

Y embarcamos, llegamos a nuestros camerinos y como siempre, Jorge que era el muchacho que nos limpiaba el camerino nos estaba esperando por ahí para preguntarnos que como nos había ido, el muchacho, un sol, al día siguiente le dimos la tarde libre, pero eso ya lo contaré.

Es temprano, ¿¿¿qué podemos hacer??? Bañarnos en la piscina con nuestros cócteles, la mejor forma de recuperarse de un día de excursión. Así que ni cortos ni perezosos nos pusimos los bikinis y nos metimos en la piscina, todo el mundo nos miraba…  Era noche cerrada (serían las 7 de la tarde más o menos), pero no hacía nada de frío, ni fresquito, la verdad es que el baño nos sentó de escándalo.

Claro, con el cansancio, el no haber cenado aún, y la piscina, los cócteles se nos subieron ligeramente, pero nada de borrachos, estábamos alegres. Cuando decidimos irnos a ducharnos y arreglarnos para la cena, nos reíamos mucho, y todo era gracioso, hasta las fotos de barcos que había en los pasillos de los camerinos eran graciosas, tan tan tan graciosas que a Pon en un ataque de humor se le ocurrió hacerle la zancadilla a Maite, que no se podía levantar la muchacha de la risa, el pobre Pon fue a ayudarla porque yo creo que se sintió mal y todo.

Cuando entramos en la habitación y empezamos a ver qué ropa nos poníamos, quien se duchaba primero y esas cosillas, veo a Pon con la cara desencajada:

- Mi alianza!!!! Nena mi alianza!!!!!!
- Ves???? Te tengo dicho que no te quites el anillo cuando te metas en la piscina, QUE NO SE TE VA A CAER!!  Y ahora lo has perdio, que sepas que no lo vas a encontrar.

Yo me metí a ducharme y lo ultimo que ví fue a Pon cerrando la puerta de la habitación, rumbo a la piscina.

Regresó sin alianza, pero dejó a la mitad de la tripulación buscando el anillo, al pobre Sergio por allí agachao, y varios pasajeros también a la búsqueda.

- Moor, tío, es un anillo, no pasa nada.
- QUE NO PASA NA??? No es un anillo!!!!
-  A ver, que porque hallas perdido la alianza no te voy a dejar, ni me voy a ir con otro ni nada de eso, nuestra relación va a seguir igual.
- Bla bla bla bla bla anillo super especial bla bla bla bla….

Entonces se me ocurrió una idea típica de película, y que a mí me parecía chuli, así en plan abuela del Titanic cuando tira el pedrusco ese al mar:

- Tiremos mi alianza al mar.
- QUEEEEEEE???!!!!!! Lo estarás diciendo de broma no???
- Hombre es probable que la tuya ya esté en el mar

Yo sabía que de esa Pon no se recuperaba, y efectivamente, en la cena no habló, estaba ido. Y después de cenar me dice el colega que se va otra vez a buscarla, este niño es tonto, pero lo dejé, por lo menos estaría entretenido un rato.

Y señores, apareció la alianza!!!! En el pasillo, justo donde Maite se había “caído”. Me pareció increíble que la encontrara.

Y volvimos a recuperar a Pon para disfrutar al completo de “la noche caribeña” y bailar Paquito el chocolatero y todas esas cosillas. 

Hasta que se hizo tarde, que mañana también había que madrugar.

2 comentarios:

  1. Y Pon se pudo echar la foto con Carita triste :( y Carita Feliz :)
    Y lo celebramos con chupitos de tequila!

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  2. la búsqueda de la alianza fue sencillamente épica XD

    se me había olvidao los peazo chupitos que luego "más o menos" nos tomamos jajajaja

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