domingo, 1 de noviembre de 2009

Gracias, amigo Rafa. Parte I

Esta historia que os voy a contar, es una historia épica, se recordará durante generaciones y generaciones...

Habíamos quedado para ir a la feria, hacia ya tiempo que no nos veíamos unos a otros, sorprendentemente estábamos practicamente todos los que deberíamos ser...

He de reconocer que al principio veía la cosa "fría", no las tenía todas conmigo de que esa, iba a ser una tarde buena, pero chatos, me equivoqué bastante.

Seguro que habéis oído alguna vez la expresión "Hoy voy a darlo todo!!!!", yo jamás pensé que esa expresión se podía llevar a cabo con tanta precisión XD

La verdad es que cuando el alcohol empezó a correr por nuestras venas, la cosa se fue animando bastante, se nos iban a descoyuntar los huesos del bailoteo que llevábamos encima, unos con otros, parejas intercambiadas, tíos con tíos (empernacamientos), tías con tías, (bailando, se entiende), posando para fotos imposibles, sacando parecidos razonables con el Javi DJ, bailando sevillanas, ligando con profesores de la universidad... Vamos, lo normal para una feria.


Hay que reconocer que llegó un momento en que todos íbamos un poquillo "así" pero vamos, nada serio. Nada serio hasta que se nos ocurrió cambiar de caseta, porque parecía que allí teníamos ya un microclima formado por nosotros mismos, y ya sabéis que a las especies, cuando se les saca de su hábitat natural, se les trastoca el cuerpo.

De verdad, yo no sé qué le pasó al angelico mio, el caso es que saliendo de la caseta, yo le vi la mirada un poco perdía, un poquillo mas que los demás, pero conforme le fue dando el aire de la calle en la cara, empeoraba por momentos:

- Ay Pin toy mu mareá.
- Venga, que vamos a comprarte algo para comer- Dijo una amiga.
- Tienes angustia? - Pregunté yo.
- No, solo toy marea, tía, que no quiero que mi hermano me vea así....

Pero tía, si vas agarrá a tu hermano porque no puedes andar! el muchacho se reía cuando la escuchaba, es que él es el pequeño, y no había salido con ella apenas, y tampoco nos conocía a los demás, la verdad es que el papelón del chiquito mio...

- Tía, que no me vea mi hermano así.....
- Pero Mari, si vas agarrada a el...
- Tía no, tía no me digas eso...

Y así seguimos caminando entre la gente, buscando un sitio más despejado donde pudiéramos comprar algo para comer, mientras seguía recitando que no quería que su hermano la viera así a pesar de que iba agarrada al cuello de él.

Por fin llegamos al puesto del perrito caliente, se sentó, y cuando fue a darle el primer bocao...

Y hasta aquí puedo leer.

Hasta la próxima entrega!

2 comentarios:

  1. Un gran día! a ver como sigue la narración. Y lo de los parecidos no lo veo yo tan razonable, que no me parecía en na, son imaginaciones de Pon

    ResponderEliminar
  2. digas lo que digas, de perfil eras cagaico jajaja y sino pregúntale a tu señora esposa XD

    ResponderEliminar